miércoles, 13 de abril de 2011

Y que no haya una ducha normal, ni en una costa ni en la otra



Ayer dejamos NY y nos trasladamos a la costa oeste. Mi esperanza es que aquí haga un poco más de calor, que es lo que uno espera de California. Si mis esperanzas se cumplen, podré abandonar el modelo que he llevado de manera perenne en NY y que consiste en abrigo de Martita+pañuelo al cuello, bien apretadito+medias tupidas (opaque, las llaman aquí). Os dejo una foto al estilo elrincondemoda, con cabezita cortada. Thank you very much, sister!! Sin tu ayuda ropística habría pasado mucho frío con mi blazer!! Los complementos imprescindibles son los de la imagen siguiente: el plano ya arrugado de Manhattan y la Metrocard para 7 días, que también usaba Asterios Polyp cuando comenzó su viaje post-tormenta.

El vuelo a San Francisco fue un poco pesado, pero teníamos reservado un hotel al lado del aeropuerto al que llegamos en seguida y que contaba en sus inmediaciones con un Wendy's donde pudimos degustar una Fresh Fillet Burguer o hamburguesa de pescado con impagables vistas a la carretera.

Esta mañana aún no he salido a la calle. De hecho, son las 7.30 a.m. y en seguida bajaremos a desayunar. Pero ya puedo sacar dos conclusiones de mi estancia tangencial en San Francisco: a) aquí hace tanto frío como en NY, y b) como indica el título de esta entrada, no hay manera de encontrar una ducha que tenga un grifo normal, o lo que yo entiendo por normal, esto es, el mío. ¿Cómo es posible que no se pueda graduar la cantidad de agua que sale de la ducha, sino que la presión del chorro es única y, por cierto, terrible por lo potente? Sólo puede graduarse la temperatura, y demos gracias por ello, pero el chorro viene marcado de serie. De todos los hoteles en los que hemos estado, éste de aeropuerto tiene el chorro más homogéneo; los anteriores tenían un chorro irregular, en ocasiones acompañado de una cortina de ducha tan cortita que el agua se escapaba por entre la cortina y el borde superior de la bañera e inundaba el espacio. Por no hablar de los mecanismos para pasar de grifo-baño a alcachofa-ducha, hay que estar media hora pensando antes de la ducha para dilucidar cómo se consigue ese paso. Ayer tuve que llamar a recepción porque ya no sabíamos qué más hacer. La respuesta de David, el recepcionista, fue clara: just pull it. Del brochón, ni hablamos.

Como supongo que a ciertos lectores les aburren estos temas, tal como han expresado repetidas veces, dejo aquí la entrada de hoy y prometo otra más playera próximamente.

Next stop: Monterey y Misión de Juan Bautista.

3 comentarios:

  1. El huérfano que, posiblemente, no fue nunca ni a New York ni a San Francisco ni se le ocurrió semejante cosa, lo dijo claramente:
    "La tengo bajo una higuera
    junto a la cieca Meano
    y ni el palacio del rey
    es mejor que mi barraca"
    Salvadas las diferencias, esas peripecias homéricas deben ser la adquisición de riquezas panculturales que se obtienen con los viajes. De todas formas, la instrucción lapidaria de David, el recepcionista ("just pull it") de haber sido pronunciada por Julio César o Napoleon hubiese pasado a la historia como frase célebre.

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  2. Addendum a mi anterior comentario: ¡Me cisco en la madre que parió al autocorrector del iPad que ha cambiado huertano por huérfano! ¡A quién se le ocurre!

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  3. Pues a mi no me aburren, de hecho, es la entrada con mas chicha :) con look del dia incluido! (falta poner dedonde es cada cosa jejej) Este blog empieza a ponerse interesante...
    PD: me estas comprando cositas?

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