lunes, 4 de abril de 2011

Alea iacta est


Toda una odisea podría considerarse nuestra llegada al hotel St. Giles de NY, cargados con nuestras cinco maletas, tras haber sobrevivido a un vuelo de 8 horas y después de un breve paso por el cuartelillo del aeropuerto JFK. Sí, en esta ocasión los tres viajeros fuimos hallados sospechosos y conducidos a lo que los funcionarios de inmigración denominan "the office". Pero esa aventura fue superada con éxito y con poca comprensión de los hechos. El viaje en metro se alargó más de lo esperado pero finalmente alcanzamos la meta del largo día: la habitación del hotel. De ella sólo diré que, como puede verse en la foto, parece el apartamento de Jack Lemon y tiene unos grifos muy bonitos y rollo retro, si bien graduar la temperatura del agua de la ducha es harto complicado.

Esta mañana hemos iniciado los trámites que conducirán a nuestro futuro marriage. Antes de ir al City Clerk, hemos desayunado en el bar que hay en la esquina de la calle, que resultó ser el equivalente neoyorkino de la cafetería Nebraska de Madrid, donde una octogenaria camarera nos sirvió con gran amabilidad un opíparo desayuno.

Ya en el City Clerk rellenamos el consabido formulario en un ordenador que, al concluir, nos dio un código de identificación. Éste número es ALEAD2R7, donde puede descubrirse con toda claridad la palabra "alea". Y es que, una vez rellenado el formulario, alea iacta est, pensé yo. Y más aún cuando al salir de la oficina entablamos conversación con un fotógrafo pseudo-profesional que ofrece sus servicios a todas las parejas que por ahí pasan. Hemos medio-contratado sus servicios para el próximo miércoles y nos ha indicado con parsimonia que él estará ahí o en el Starbucks de enfrente. Y para las mamás que esperan bonitas fotos, mucha tranquilidad, hay un bonito jardín justo enfrente del City Clerk que se llama Wedding Garden y por el que no dejan de pasar parejas recién casadas y vestidas de los más diversos estilos.

1 comentario:

  1. Supongo que, aunque sin papel carbón, el formulario se imprimiría por triplicado ejemplar. Este detalle es harto importante. Lo que ignoro es si las leyes federales o las del estado de New York perseguirán a quienes, cumplimentado el formulario, no se presenten en su día y a su hora con el código, aleatoriamente generado, en la boca cual ticket del parking.

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