domingo, 10 de abril de 2011

Terraza y facturas



Hoy iba a ser el día en que dejaríamos el hotel Affinia, recogeríamos un coche de alquiler, enfilaríamos la interestatal correspondiente y nos dirigiríamos a la Blue Ridge Parkway. Pero, para alegría de mamota, los planes automovilísticos se han tenido que cancelar y habremos de recurrir al avión para desplazarnos. Hemos decidido quedarnos otros tres días en NY, pero no podía ser en el hotel do nos alojábamos, de modo que esta mañana nos hemos trasladado al Confort Inn de la 8th Ave.

No obstante, como habíamos leído maravillas de la terraza que tenían montada en la azotea del Affinia, ayer por la tarde subimos a echar un vistazo, aunque suponíamos que estaría cerrada. No lo estaba, pero no había ninguna terraza trendy en funcionamiento, seguramente por el frío que está haciendo, que invita poco a sentarse en lo alto de un edificio y disfrutar de las heladoras noches de la ciudad. No quiere eso decir que estuviera cerrada, ni mucho menos; en estos momentos, las sillas están apiladas y las mesas cubiertas, pero se ha convertido en sala de fumadores y mirador para huéspedes. Las vistas son, como nos gusta decir a los turistas, espectaculares y nos hicimos las fotos pertinentes. La recorrimos con calma y nos despedimos del lugar, pensando que no volveríamos a subir ahí, pero nos equivocábamos. En efecto, cuando esta mañana hicimos el check-out, la cuenta del minibar y de la conexión a internet superaba con creces el crédito de nuestra tarjeta, así que, para pagar la factura, nos vimos obligados a prestar ciertos servicios al hotel. En concreto, la tarea que se nos encomendó fue la de pasar el mocho por toda la terraza, labor que G. realizó con acribía, como puede observarse en la imagen adjunta.

En el Confort Inn, por si acaso, hemos pagado por adelantado.

1 comentario:

  1. Hola chicos, la entrega de este capítulo hace que el libro se vaya poniendo interesante. Las fotos muy chulas. Un besote.
    Susana.

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