domingo, 10 de abril de 2011

Domingo en el parque



Como no podía ser de otro modo, hoy domingo hemos ido a pasear por Central Park. Era la última mañana que pasaría con nosotros el testigo, así que le dejamos elegir la ruta y el lugar para el café de media mañana. Éste fue un Starbucks, donde nos tomamos un capuccino de tamaño gigante en sí, aunque el más pequeño en relación con los restantes tamaños, acompañado de un old style donought, que estaba muy rico, si bien me costó elegir entre eso y el Mallorcan Sweet Bread que se exhibía en el mostrador a su lado y que no era otra cosa que una ensaimada. Mientras esperaba mi turno, me fijé en las tazas que había a la venta, con intención de elegir una y cumplir con un encargo que se me ha asignado, pero eran todas de tamaño aún más gigante que el capuccino que me esperaba o directamente un termo para llevar a la oficina... la búsqueda de una tacita de expresso continúa pues.

El paseo por el parque fue francamente agradable. Vimos familias con niños, gente en bici, ancianos en silla de ruedas, carros tirados por caballos, un grupo cursi haciendo en un prado un corazón de pétalos y flores, e incluso vimos un cadáver tirado a la orilla del camino. Nos dio un poco de repelús tocarlo, así que nos limitamos a hacerle un foto que muestro ahora al mundo.

Ya que estábamos con la cámara, hicimos la última foto de grupo y nos quedó en plan estrellas del rock. El testigo, si os fijáis bien, porta atada al cinto una bolsa del STEPV. En ella va una copia de nuestro certificado extendido de matrimonio y una manta eléctrica enrollada. En estos momentos, debe de haber facturado sus maletas en el aeropuerto y estará esperando embarcar de regreso a su patria. Espero que la hamburguesa de "angus beef" con denominación de origen que se ha zampado en el Lexington Candy Shop le siente bien. A mí el tuna salad sandwich me ha dejado tan llena que me ha quitado las ganas de pedir postre.

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