domingo, 17 de abril de 2011

Balloons



Con el calor que está haciendo estos días en Arizona y la de millas que hemos recorrido, el coche de alquiler se ha quedado viejo en dos días. Es que teníamos que haber insistido en que nos dieran un Ford... Que no, no os preocupeis, nuestro Optima está en óptimo estado. De hecho, esta noche lo tenemos aparcado justo enfrente de la habitación, en el Santa Fe Motel&Inn.

Hoy hemos dejado atrás Arizona y hemos entrado en Nuevo Mexico. Me gustan mucho las matrículas de aquí, cada estado tiene un diseño propio y algunas parecen de broma. La de Arizona lleva un cactus pintado junto a los números y letras; la de Nuevo Mexico, un globo aeróstato sobre un atardecer anaranjado. No sé bien qué relación tiene el globo con el estado, pero al pasar por Albuquerque, he visto un cartel que señalaba la entrada al Balloon Museum. No creo que sea muy entretenido, a no ser que la entrada incluya viaje en globo, siquiera sea con una cuerda atada a la cesta para que no se eleve demasiado y acabe una de turismo entre los selenitas, como le pasó a Luciano, o entre los mongoles, como le pasó al Capitán Trueno, aunque no estoy segura de ninguna de las dos aventuras.

Ayer acabamos en un hotel de Flagstaff, localidad montañosa que no llegamos a visitar porque no teníamos muchas ganas de salir. Preferimos quedarnos en el salón común con cabeza de ciervo y mueblería rústica. Era un lugar agradable, pero los pasillos recordaban a los de El resplandor y daban un poco de miedo. Hoy hemos llegado hasta Santa Fe y, después de aparcar a la puerta de la habitación, como ya he dicho, hemos entrado en ella y hemos encontrado el cuarto de baño decorado con chiles, esos pimientitos picantes. Me ha parecido un detalle adecuado al lugar, pero ni por un momento he pensado en dejarme llevar por el ambiente y pedir jalapeños o enchiladas para cenar. Ya tuve bastante esta mañana con la ensalada Southwest que comí en un McDonalds de carretera, aderezada con salsa marca Paul Newman, y con un picantor cuyo origen no pude identificar entre los ingredientes de la ensalada. Comida picante nunca más! Para evitarlo, y para compensar la mencionada fast food de carretera, hemos cenado en el Café Pasqual, un sitio un poco finolis, con platos cuyo título ocupaba dos líneas en la carta y que prácticamente hemos cerrado (ya sólo quedaba un grupo un tanto pedante a nuestro lado en todo el café, de ésos que comentan con el camarero la composición del postre) a pesar de que no eran todavía ni las 10 pm. Y hablando de horas, anuncio a mis lectores que ahora la diferencia con Spain es de 8 horas.

2 comentarios:

  1. ¿los chiles estaban encima de la toalla?
    Pakkorro

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  2. JAJAAJAJAKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKK EQUIISDE TU BLOG ES UNA PIJA :C xdddddddddddddddddddddddddddddddddddddDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD

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