viernes, 1 de abril de 2011

FIRST WE TAKE MANHATTAN

En Nashville, Tennessee, cuna de la música country, hay un Partenón hecho a imagen y semejanza del ateniense. Nuevo y carente por completo de grietas, alberga en su interior una estatua de Atenea Pártenos exactamente igual que la diseñada por Fidias en el s. V a. C. Percy Jackson se enfrentó en ese místico lugar a una Hidra de Lerna digital en su azaroso camino hacia un Hades sombrío y rockero. Desde ahí, la ruta Natchez Trace Parkway conduce a las sinuosas curvas del Mississippi, que llevan al viajero hasta Memphis. Con un poco de suerte y dinero, puede uno alojarse en un hotel con vistas al río y visitar Graceland, donde se exhiben los coches y los trajes horteras de Elvis.

Todo eso podrán disfrutarlo los que, a bordo de un Chevy, se adentren por la América profunda. Hasta hace unos días nos considerábamos miembros de ese grupo motorizado y aventurero dispuestos a atravesar al estilo beatnik el país, pero un desafortunado encuentro en un cruce de Pedro Juan Perpiñán nos obliga a privarnos de un viaje en coche de más de 5000 km cuyo punto de partida era la isla de Manhattan y cuyo destino final era el Golden Gate en San Francisco.  Felipe Andrés Sánchez, mi compañero de autos de choque, se va a librar de la maldición que pensaba echarle a través de los indios navajos.

Un día a Arquíloco se le ocurrió decir que lo mejor para todos es ser conscientes del vaivén del destino humano. Quizá algún plan frustrado le inspiró aquello y lo puso por escrito mientras comía aceitunas. Nosotros hoy nos acordamos de él y decidimos aceptar sin más el dichoso vaivén: el próximo domingo ponemos rumbo a Nueva York, con un traje, una corona y tres cámaras de fotos en la maleta, dispuestos a presentarnos en el “marriage bureau” el lunes, hacer una solicitud de boda y esperar pacientemente nuestro turno. Nuestro estimado amigo Fer hará las veces de testigo y fotógrafo. Cuando todo el papeleo quede resuelto (todo firmado, sellado y apostillado, para tranquilidad de madres y abuelas) lo celebraremos como bien se merece.  Después de tantos meses de planificar rutas, ahora ya no podremos comprobar si en las mesillas de todos los moteles Bates en los que teníamos pensando pernoctar tienen la biblia en la mesilla. Ahora todo es incertidumbre, ¿quién sabe? ¿Llegaremos a tiempo de ver la casa de Edward Gorey en Cape Cod? ¿Nos atreveremos a acercarnos a la tumba de Poe en Baltimore? ¿Perderemos a thousand dollars en Las Vegas? ¿Nos dará por buscar manuscritos esotéricos en la biblioteca de la Universidad de Miskatonic? ¿Nos haremos adictos a la tarta de queso y no abandonaremos Manhattan? No somos amigos de improvisar, más bien todo lo contrario, pero esta vez ha de ser así. Tal vez nos acabe gustando esto del vaivén y lo convirtamos en costumbre... Eso, como todo lo demás, se irá descubriendo poco a poco. Si sois familiares, amigos o interesados, o si simplemente no tenéis otra cosa mejor que hacer, podéis seguir nuestras peripecias en este blog. ¡Más noticias próximamente!

3 comentarios:

  1. Pero bueno, me pasa como en las abstrusas películas actuales. Es que los simples buscamos en los escritos o en el celuloide lo que luego la intelectualidad nos niega. Porque ante lo prometedor del título, yo lo que creía realmente que iba a poder saber es la diferencia entre la Pepsi y la Coca-Cola. Pero supongo que se desvelará el misterio en ésto que promete ser novela por entregas.
    De todas formas ¡have a good tryp!

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  2. Saludos de fiel y vigilante seguidor....

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  3. Ana y Gabriel, soy Glauco, acabo de conocer este blog y me encanta!!! Lo pienso leer de cabo a rabo!!

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