viernes, 22 de abril de 2011






Y por fin llegamos al Gran Cañón. Todavía no hemos pagado por entrar en ningún National Park. Puesto que esta semana es Easter, la entrada es gratis para fomentar las excursiones en familia. De todos modos, cada entrada al parque está controlada por un ranger, que espera a los coches en una caseta como la de los cobradores de peaje de autopistas, preparado para darte un planito y apuntar en su libreta de dónde vienes. El ranger con quien hablamos cuando entramos en el Grand Canyon National Park, al saber que veníamos from Spain, empezó a murmurar unas cosas ininteligibles para mí y a rebuscar entre sus trastos por toda la caseta. Yo no sabía bien si la conversación había terminado y debía arrancar o si estaba buscando algo para darme. Finalmente, metió la mano en su mochila roñosa y sacó lo que quería enseñarnos: nada más y nada menos que un Quixote que estaba leyendo y que, añadió, le resultaba very funny (sic). Alabamos su gusto y continuamos nuestro camino, dudando si tal vez no tendría en su mochila roñosa un ejemplar de la obra más significativa de cada literatura para mostrar a los viajeros de orígenes diversos y ganarse así su admiración.
Ésa noche íbamos a dormir en un lodge casi casi al lado del Gran Cañón. No tenía muy claro si eso del lodge no sería un albergue con camastros y agua fría, pero, de nuevo, me equivocaba. Un recepcionista muy lento nos dio dos tarjetitas para abrir la puerta de una habitación perfectamente equipada, con tele, microondas, cafetera y, lo más importante de todo, agua caliente en una ducha nuevamente mono-mando y de chorro de potencia fija, como suelen ser todas por estos lares. Hasta nos dio tiempo de ver el celebrado atardecer en el Gran Cañón, como puede observarse en la foto adjunta. Para la ocasión, recuperé el modelito NY consistente en abrigo de Martita+medias tupidas, única manera a mi alcance de resistir el fresquito nocturno. Al día siguiente excusamos el madrugón para ver amanecer y nos conformamos con dar un paseo matutino por el caminito que bordea el abismo, pues pronto hubimos de poner rumbo a Las Vegas, ciudad laberíntica en la que hemos jugado (y perdido) en las tragaperras del hotel la cantidad total de un (1) dólar. De ello hablaré en otra ocasión.

3 comentarios:

  1. Qué sitios mas chulos estais viendo!! aunque por la cara de tiesos q teneis en la primera foto supongo que habreis tenido vuestra primera bronca matrimonial jeje ;)
    Un besito pa los dos!

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  2. Me encanta!!! Espero que disfrutéis cada minuto. Un besazo enorme. Mamen

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  3. por lo que cuentas no me gusta nada las Vegas y no pienso ir nunca.prefiero Salamanca o Calera. Veniros pronto, el oeste esta lleno de peligros que me asustan mucho. Muchos besitos para los dos, de parte de mamita

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